La llegada de las fiestas navideñas trae también consigo el intercambio de regalos entre familiares y amigos. Sin lugar a duda son los más pequeños de la casa quienes más paquetes reciben. Estos les llegan sobre todo gracias a la generosidad de los Reyes Magos o de Papá Noel, aunque existen otras muchas tradiciones locales, como el Olentzero en el País Vasco o el Tió en Catalunya. En cualquier caso, los regalos que llegan de manera mágica a las casas son los más esperados del año.

Nuevas conductas, la ilusión de siempre

Las caras de felicidad de los niños y niñas cuando abren los deseados regalos siguen siendo las mismas, generación tras generación. Sin embargo, algo ha cambiado y los criterios de los adultos a la hora de elegir y comprar juguetes para sus hijos no son los mismos que años atrás. Así, cada vez se tiene más en cuenta no exagerar con la cantidad, ser de alguna manera solidarios con los más desfavorecidos o evitar regalar juegos que estereotipan roles en la sociedad.

La igualdad entre niños y niñas está a la base de cualquier tipo de discriminación futura y en esa dirección va el mensaje lanzado por la Unicef a propósito de los juguetes. Según la prestigiosa agencia, para promover la igualdad es clave ofrecer a los niños y niñas juguetes variados, darles la libertad de probar y elegir lo que realmente les gusta.

Los niños y las niñas saben lo que les gusta

En la misma línea se posicionan los especialistas en temas educacionales relacionados con la infancia cuando aseguran que lo principal es valorar y respetar los intereses y las habilidades de los niños. También recuerdan que los juegos y juguetes son, además de entretenimiento y diversión, instrumentos de socialización que contribuyen al aprendizaje de las reglas y al desarrollo de funciones tanto físicas como psíquicas y sociales. Además, aconsejan que sería conveniente dejar de lado si un juguete se ajusta o no a las expectativas de género de su destinatario.

Paso a paso contra la discriminación

En los últimos años han proliferado campañas dirigidas a sensibilizar a las familias y a los consumidores en general sobre estos temas. Eslóganes como «Con la igualdad no se juega» o «El juguete no tiene género» desean activar una mayor conciencia y la preferencia por juegos que promueven la igualdad en la participación, no fomentan la violencia o el enfrentamiento entre los niños y las niñas.

Publicidad y compromiso social

Otro de los grandes retos es evitar que se transmitan estereotipos de género a través de la publicidad de juegos y juguetes. Para empezar, es importante proponer imágenes inclusivas que tengan en cuenta la diversidad (niños migrantes, con necesidades especiales, etc.) y presentar en los anuncios modelos positivos a seguir. Debido al gran impacto que ejerce la publicidad, especialmente en los menores, cuidar el lenguaje y prestar atención a las palabras empleadas se convierte en algo necesario para dar una imagen igualitaria.

Comparten esta posición los principales fabricantes de juguetes españoles y así quedó reflejado en el código de autorregulación publicitaria, firmado en 2022 junto con el Ministerio de Igualdad. En el citado documento se manifiesta la voluntad de acabar con ciertos estereotipos, evitar asociar los juegos a uno u otro sexo, e impulsar un lenguaje inclusivo, entre otros aspectos de igual relieve.

El consumo responsable y las campañas de recogidas de juguetes son otras formas de generar conciencia sobre la necesidad de tener siempre presente que todos los niños del mundo son iguales con sus diferencias y por eso únicos y únicas.

(Yolanda Sabaté)
(Créditos de la imagen: Monkey Business Images / Shutterstock)