Una lámina de bronce con forma de mano es el resto arqueológico que está dando que hablar en estos días a la comunidad científica. Tanto los expertos en epigrafía – ciencia que analiza las inscripciones grabadas en superficies duras – como los estudiosos de la lengua vasca, se han acercado con asombro y curiosidad a las inscripciones presentes en una pieza encontrada durante unas excavaciones en la provincia de Navarra.
Además de por su forma peculiar, la pieza toma su nombre del lugar en que fue hallada, la localidad de Irulegui. Datada en el primer tercio del siglo I a. C., esta mano de bronce se ha convertido en el testimonio más antiguo de la existencia de la lengua vasca, pues se trataría de las primeras palabras escritas en euskera. A pesar de ser un breve texto compuesto por cinco palabras, de momento solo la primera – sorioneku – ha podido ser descifrada y significa "buena fortuna".
El debate está servido puesto que la mano demostraría que hace 2.100 años ya existía una escritura específica vasca. Según explica el catedrático de Filología Latina Javier Velaza «la mano de Irulegui constituye el primer documento escrito en lengua vascónica y además escrito en un alfabeto que, probablemente, es un alfabeto específicamente vascónico».
El hecho de no estar emparentado con ninguna otra lengua siempre ha suscitado curiosidad por el euskera. Además de presentar una gran variedad de dialectos, sobre todo en lo que concierne a la lengua oral, el vasco se habla en algunas zonas de España y Francia, aunque solo en las comunidades autónomas españolas de pertenencia tiene el estatus de lengua oficial.
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(Yolanda Sabaté)
(Créditos de la imagen: Wikimedia Commons)
