Más allá de la Mezquita y del puente romano, la esencia de Córdoba se respira paseando por su casco antiguo. Llaman la atención del paseante las macetas de geranios colgadas en las ventanas y los balcones adornados con flores; son rincones con un encanto especial y signo distintivo de las calles y callejones de la ciudad.
Sin embargo, son los patios el corazón de las casas típicas de Andalucía. Peculiar fusión entre la arquitectura romana y musulmana, los patios surgieron con una función práctica: ofrecer sombra y refugio del calor. Debido a su atractivo e importancia en la vida ciudadana, el Ayuntamiento de Córdoba decidió en 1921 organizar un concurso de patios, que con el paso del tiempo se ha convertido en un referente del panorama cultural y popular andaluz.
Los cordobeses, orgullosos de sus jardines, participan con entusiasmo en el «Festival de los patios» abriendo sus puertas a visitantes y curiosos para que puedan sumergirse en este universo de plantas, flores y colorido. Además, durante la semana de mayo del Festival, varios actos, como visitas guiadas, actuaciones musicales y encuentros gastronómicos, alegran los paseos y el ambiente.
Por su excepcional belleza y originalidad los patios de Córdoba fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2012.
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(Yolanda Sabaté)
(Créditos de la imagen: dorianm, 123rf.com)
