Navarra fue golpeada en 1885 por una epidemia de cólera. La población, desesperada, invocó la ayuda del santo Francisco Javier (1506-1552) y le rogó que los liberara de la enfermedad, prometiendo una procesión en su honor si la petición era concedida. Según la tradición, el santo liberó la zona de la epidemia.
Por este motivo, incluso hoy en día la peregrinación dedicada a San Francisco Javier, protector de Navarra, tiene lugar todos los años los dos primeros fines de semana de marzo. Miles de personas: creyentes, turistas y deportistas se encuentran para participar en la marcha hacia el Castillo de Javier, cuna del santo.
La fortaleza medieval se encuentra en la ciudad de Javier, a 52 kilómetros de Pamplona, y fue declarada zona de interés cultural en 1994.